jueves, 11 de octubre de 2012

Nuevo blog

He decidido cerrar este blog. Es el término de una etapa. A pesar de este hecho mantendré aquí las que consideró mis mejores entradas para que puedan seguir leyéndolas.

Necesito renovarme en términos literarios, así que seguiré escribiendo crónica, ensayo y cuento en este blog http://intermitentes.wordpress.com/ ahí los espero.


Saludos.
Raúl Zepeda Gil


jueves, 5 de julio de 2012

Rebeldía

1:

La maestra anunció al grupo -Todos irán a marchar el próximo miércoles, así que avísenle a sus papás-, solo un niño levantó la mano y la maestra le asintió para que interviniera -Maestra, ¿Por qué debemos ir a marchar con el calor que hace y con uniforme?-, la maestra sorprendida miro al niño fijamente y respondió -Porque es algo que se tiene que hacer-, el niño insatisfecho vuelve a preguntar ahora sin pedir permiso -Pero, ¿Por qué tenemos que marchar?- la maestra ahora con molestia por el niño que la increpó solo respondió cortante -Porque si y ya-.

Terminando clases el niño se fue directo a la oficina de la directora, la conocía, la miró y le dijo -Maestra, no quiero ir a marchar-, la directora lo miró de vuelta extrañada y le preguntó -¿Por qué?-, el niño respondió con rapidez, -Por eso, porque nadie me dice porque-, la directora no supo que hacer, así que solo lo llevo a la salida para esperar platicar con la madre del niño. Mientras en niño estaba afuera de la oficina de la directora, la discusión entre la directora y la madre se alargó, después de alegatos de la directora en favor de que ese niño fuera a la marcha, la madre con sentencia fuerte dijo -Pues él no va a querer mientras no le explican y como es mañana, pues no va a marchar, así que ni se atrevan a reprobarlo por eso-, la madre salió, se despidió de la directora como amigas, ambas eran maestras, el niño caminó con su madre y se fueron con tranquilidad. Y si, lo que nadie le dijo al niño es que era el día de la bandera y por eso marchaban por el pueblo, para él era solo quemarse con el sol y que probablemente tendría jaqueca y le sangraría la nariz.

2:

El niño es ya adolescente. En la clase de antropología de su preparatoria era 2 de octubre , el avejentado profesor mira hacía la ventana mientras sus alumnos terminaban de copiar a sus libretas el largo texto que el profesor escribió con gis. El profesor tose con fuerza para llamar la atención de los alumnos y los sentencia con seguridad -Seguro van a marchar esos revoltosos otra vez, como en el 68, pero eran solo mugrosos delincuentes y comunistas, que desgracia que ahora tan jóvenes como ustedes los hayan manipulado-. El adolescente se molesta, su cara esta enrojecida y habla sin permiso del profesor -Eso no es cierto, ellos marcharon y protestaron contra la represión-, el profesor que llevaba décadas en aquella preparatoria respondió con severidad, -Esas son mentiras de comunistas que quieren sabotear a México-. La discusión del adolescente y el profesor se amplió en argumentos, mientras el alumno narraba historias de esos años, el profesor solo usaba adjetivos y constantemente mandaba a callarlo, el no lo hizo, el profesor retó -Si me demuestras esas tonterías en la clase no te repruebo- el adolescente sin duda respondió -Mañana en clase me gano mi calificación-.

El día siguiente era efervescencia en todos los salones, aquel adolescente reto al profesor, sus amigos le decían que no siguiera en su campaña porque lo iban a reprobar, el no hizo caso, ausente de modestia les decía -No me preocupa, yo tengo la verdad-, por dentro él temblaba y temía. Llego la hora, el profesor entró al salón y el adolescente ya tenía fotografías impresas, revistas y libros del 68, el profesor miro, se sentó, vio las revistas de reojo y con notorio desprecio, el profesor parecía ya no molesto, sólo altivo, -Joven, siéntese, vamos a seguir con la clase-, el adolescente no se sentó, -¿Por qué? ¿No deberíamos discutir esto?- el profesor lo miró de reojo, -ya tiene su calificación, siéntese- el adolescente se sentó, todos quedaron en silencio por el final anti-climático, pero él, estaba sonriendo. Lo que el profesor nunca supo es que ese adolescente era hijo de un ex prisionero político del 68 que estuvo recluido en Lecumberri.

3:

Ese adolescente es ya un adulto joven. Amaneció el lunes 2 de julio de 2012 con decepción, las cifras eran terribles para él. Hizo lo que todas las mañanas, se sirvió su café que su madre hacía con canela, miro las noticias en el televisor y el hasta entonces ganador de la contienda disertaba su discurso ante un auditorio ansioso y exacerbado de alegría, escucho y solo dos frases recordó, "México Ganó" y "Convoco a la unidad nacional". Entonces ese joven se dijo a si mismo la pregunta ¿Por qué México ganó?, esa pregunta no fue respondida para él satisfactoriamente por el hombre monologo de vacíos. El joven se pregunto ¿Por qué debo unirme con quien no coincido?, el monologo solo decía que era que él era bueno para México. Esta vez no había ganado, pero nunca le explicaron porque, pero sabía que tenía una verdad y era que oponerse era lo correcto.

lunes, 11 de junio de 2012

Los viejitos ciegos del camino montañoso


El vídeo que sigue es de un grupo de músicos famosos haciendo una versión de la Bamba para Andrés Manuel López Obrador. La música es un estimulante de la mente y quien lo ha sabido apreciar muy bien es la izquierda latinoamericana por darle a sus letras y pensamientos música de la región. El vídeo como bamba y con tantos sonidos de México me trae entusiasmo y recuerdos de mi infancia, que es la anécdota que les cuento hoy.


Llegue a vivir a los seis años a Tejupilco de Hidalgo, municipio rural al sur del Estado de México cerca de Arcelia, Guerrero, es decir, tierra caliente. Mi padre llego como supervisor escolar y mi madre como profesora de primaria. El municipio más grande de la zona es de campesinos, profesores y migrantes. Pero como todo buen habitante de Tejupilco, la necesidad de viajar a Toluca, la capital del Estado era necesario, familia, salud, trabajo. Usualmente los viajes eran en auto pero cuando pasaron los años, mi papa comenzó a trabajar en Toluca y la familia vivíamos en Tejupilco todavía, la única opción era tomar el autobús.

La pequeña estación de autobuses de Tejupilco daba solo 3 rutas. A el Distrito Federal pasando por Toluca. A Ciudad Altamirano pasando por Arcelia. Finalmente hasta Houston, Texas cruzando la república. ¿Por qué habría alguien de ahí querer ir a otro lugar? Mi madre nos subía a mi hermano y a mí con coca-cola en mano para evitar los mareos en la sinuosa carretera que sube a la sierra, con algo de comer y nosotros a veces armados de un Game Boy en un contexto rural donde casi ningún niño ni sabía que era eso. La ruta pasaba al lado de los pequeños municipios, San Simón de Guerrero entre ellos para llegar al segundo municipio más poblado de la región, Temascaltepec (si, de donde viene el agua para el DF).

Justo en una pequeña parada de la entrada al municipio de Temascaltepec suben algunas personas (que tendrán que permanecer de pie entre curvas por una hora y media más) y en especial tres hombres, vestidos de pantalón café, camisa blanca pero ya percudida por el polvo, todos viejitos, las arrugas profundas, dos de ellos son delgados y sus rostros son adustos, un tercero es regordete, un poco más joven pero no por mucho. Los tres son ciegos, llevan bastón desplegable y lentes negros para ocultar sus ojos emblanquecidos (como niño sentado al lado del hombre de pie los pude ver), uno lleva la armónica, otro un güiro y el tercero regordete una pequeña guitarra que cuida sobre su barriga. Inmediatamente suben y nos anuncian con gusto que van a cantar algunas canciones, comienzan a tocar con habilidad y naturalidad, los sonidos son tradicionales de la zona, sones y corridos, pero ninguno de violencia, si de revolución, de la vida rural. Tocan y les ponemos atención todos, a cada pieza le dan tiempo y no descansan entre una y otra. Los viejitos tocan acompañándonos media hora pasando por los pueblos del sur, pasan por los asientos a pedir dinero, a ellos, siempre unos pocos pero constantes pesos, los conocemos, años que llevan tocando para nuestros viajes. Ofrecen sus canciones en cassetes y varios se los compran, acá a veces se siguen escuchando. En una parada se bajan y nos dejan en silencio. El silencio aumenta cada vez que estamos más cerca de los fríos pinos que rodean Toluca.

Los viejitos siempre encuentran su rumbo es posible verlos en el camino en los autobuses por esa misma ruta al menos de ida o regreso. Son música del pueblo y acompañamiento a los que hacen el largo viaje a la fría ciudad. Cuando niño se me hacía un misterio como podían sin poder ver tomar la misma ruta, y año tras año verlos ahí, enteros, tocando las mismas canciones. Hace poco regrese en autobús desde el Distrito Federal a mi pueblo Tejupilco y me los encontré, ya no como niño, ya joven profesionista. Las mismas canciones, la misma ruta y si, seguían vendiendo cassetes y sorprendentemente seguían comprándoselos. Les di un billete, me sonrió el viejito rechoncho como yo sabiendo que yo ahí estaba, sin necesidad de verme, bobamente le sonreí de regreso. Así supe cómo podían tomar la misma ruta sin perderse en la oscuridad de la mirada, porque había un palpitar que los guiaba, como a mí en ese momento, de regreso a ese pueblo tan mío, tan México. 

martes, 1 de mayo de 2012

Fiesta de color y sonido


Dedicada a Julio Cesar Alvarez Camarillo

Foro Sol, Ciudad de México, 24 de marzo de 2012.- Llegamos a tiempo para la primera banda. Bajando de mi auto acompañado de mi hermano y su novia caminamos entre las columnas de chavos enfilados por un boleto a la entrada. Paso a paso somos rodeados de vendedores ambulantes y revendedores, muchos puestos de playeras de las bandas y muchos grupos de chavos organizados para entrar. Todos vienen por alguna de las bandas, grupos de fans por Café Tacvba son los que imperan, los más jóvenes vienen por Foster The People, pero se puede ver playeras de casi cualquier banda de metal o de rock en español habido.


Después de cuatro chequeos seguidos logramos entrar, el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Foro Sol habían sido transformados en una Ciudad enorme de atracción, música y de reverencia a las bandas y cantantes latinoamericanos. Caminamos entre enormes guitarras, huacales hechos con cajas de madera, rings de luchas, museos móviles y el tradicional mercado del Chopo. Entre las personas hay de todo tipo, jóvenes en su mayoría, algunos mayores que podrían alcanzar hasta los 40 años, skatos tableando por los caminos, metaleros tomando cerveza, niñas riendo juntas viendo cualquier atracción.



Llegamos al escenario Indio para la primera banda, Sekta Core sale al escenario y con fuerte Ska inicia el día. Nos acercamos a la muhtitud que llenaba el Foro Sol y comenzaron las trompetas aceleradas y las guitarras enloquecidas a enardecer a todos, rápidamente se forman los espacios y boquetes donde el slam comienza, con fuerza se lanzan al ruedo y se golpean con los brazos, se empujan mientras la irreverencia de Sekta suena con fuerza. Confieso que me aleje y más por la novia de mí hermano, pero no nos alejamos mucho, de hecho estuvimos rodeados entre el slam de hombres y el slam de mujeres. Las mujeres en el slam se empujan fuerte entre ellas, trigueñas y sin mangas, fuertes y decididas, no dudan entrar al slam, si no me falla la memoria, hasta vi a una entrar al de hombres. Las chavas y los chavos salían volando por el cielo por las mantas enormes para hacer a cualquiera volar. Sekta se retira exultante convocando al “Chigan a su madre” a los políticos.

Nos alejamos de la multitud y paseamos por todo el festival. Pasamos a ver una película sobre el reggae en la carpa de Ambulante, había una firma de autógrafos y en medio de los arboles un joven alcoholizado es amagado por los policías que cuidan todo el evento. Pasamos a comer y después al escenario DanUp, una banda tocaba con habilidad, ataviados cual Beatles en su primera etapa cantaban canciones de amor y sexo mientras la multitud aplaudía y algunos al fondo pasaban la tarde en algunas hamacas. En otro escenario tocaban en medio de una cancha, nosotros dejamos pasar el rato acostados en el pasto viendo al cielo.

Regresamos al escenario Indio y nos sentamos en las gradas después de caminar. Tocaban los Lost Acapulco que son su surf rock convocaban a coger y a amar, con imágenes de luchadores enmascarados e imágenes de surf playero de los años 50´s. Todo esto claro sucedía cuando el Papa hacía una homilía al mismo tiempo en Guadalajara. Lost Acapulco convoca al sexo y al amor entre soni`os de playa, gritos veraniegos y una guitarra que genera un sonido que recuerda las viejas canciones de los Beach Boys pero con un rock más actual.

Me confieso extrañado por la intervención de Los Caligaris, una banda argentina de pop que con estribillos sencillos y globos de fiesta cantaban alegremente a la multitud. E, e, a, e, e, a, repitieron infinitamente festejando mientras abajo muchos bailaban solitariamente y nosotros tomábamos cerveza o refresco por el calor.

Bajamos a la multitud y pasamos al frente, empujamos un poco y llegamos al frente del escenario, claro que no llegaríamos al preciado barandal del escenario. Esperamos largamente, mis pies se cansan, la gente grita y chifla, los cantares se convocan por Café Tacvba, “Cafeeeeeeeeeeeeee, cafeeeeeeeeeeee, oeeeeeee, oeeeee, oeeee, cafeeeeeee, cafeeee”. Aparece en el escenario indio el Instituto Mexicano del Sonido, increpando con sus imágenes la institucionalidad mexicana, apoderándose del logo del IMSS y del PRI y haciéndolo suyo mientras su sonido electrónico, alternativo y muy mexicano nos hacía saltar y bailar. Atrás de mí un chavito que no pasaba de los 15 años comienza a fumar mota, yo temo que por su poca pericia me vaya a quemar mi playera. Entre imágenes de ex presidentes y sonidos electrónicos de armónicas y trompetas se despide el Instituto Mexicano del Sonido.



La tardanza impacienta y hace colectiva la exigencia de aparición de Foster. Entre empujones y chiflidos se exige a la nueva banda con hambre de fiesta y de música. Ha caído la noche y con ella aparecen los Foster con sus sonidos alternativos y la voz peculiarmente aguda de su vocalista que baila y entre cada canción. Una canción tras otra la marea los corea y canta sus canciones que tantas semanas han sonado en la radio. En medio de la euforia y de la nada un Mariachi aparece y con sus guitarras tradicionales y trompetas hacen los sonidos de Pump Up Kicks haciéndonos gritar de emoción; la mezcla de mariachi y la voz aguda del vocalista deja a todos satisfechos, cuando se retiran del escenario todos clamaban “Foster, Foster, oeeeeeeee, oeeeeee, oeeeeee, oeeeeeeeee, Foster, Foster”.

Somos estrujados por la multitud, mi hermano lucha para que no aplasten a su novia. La gente se mueve como marea y todos somos arrastrados por más de 10 minutos. Impaciencia y ansias por Café Tacvba, pero antes estaba Kasabian, la banda extranjera más esperada de la noche. Mientras nos transmiten en pantalla a Carla Morrison cantando en otro escenario pero no calman a nadie. La noche llega a su punto más obscuro y en ese entonces suena los beats electrónicos de Kasabian con potencia, poco a poco suben su intensidad hasta que la batería toma con fuerza el sonido en todo el Foro Sol. Canción tras canción irrumpen fuerte los de Kasabian que dicen se ausentaron 7 años pero que por fin regresaban a México.

Terminado Kasabian los chiflidos aumentan, me dice mi hermano que no podía seguir de pie, decidimos irnos a las gradas. Caminamos entre los canales de personas tomados de las manos, empujando y haciendo camino hasta las gradas, evadiendo el obstáculo de los que hasta se habían acostado en el piso. Llegamos a las gradas y el Foro Sol estaba absolutamente abarrotado hasta las más altas gradas. Desde lo más arriba esperamos y de pronto del escenario de en medio de manera sorpresiva Café Tacvba aparece ascendiendo por medio de un cuadrilátero ascendiente. Los Tacvbos comienzan a tocar y todos comenzamos a corear sus canciones.

Desde el escenario comenzaron a tocar cada una de esas canciones míticas, Eres, Volver a Comenzar y más. Posteriormente bajaron del escenario y en una valla cruzaron del centro al escenario indio y siguieron tocando las canciones que todos esperamos. El Baile y el Salón hizo a todos corear, Ingrata convoco al slam, una tras otra todos y cada uno de los que estábamos ahí cantamos la letra de memoria. Los Tacvbos después de una hora se despedían, la masa clamaba “Otra!!!, Otraaa!!” y los Tacvbos regresaron para tocar dos más. Al final entre quejas de política se despide de nosotros Rubén Albarran. Terminado los Tacvbos comenzamos el éxodo de regreso a nuestras vidas. Muchos seguros que volveríamos a la fiesta de color y sonidos el próximo año.

sábado, 11 de febrero de 2012

Tres historias de taxistas


1.- Era mediodía y tenía que llegar a la escuela rápido. Levante mi brazo derecho esperando que un taxi me hiciera caso pero no fue sino hasta varios minutos, mis ansias me comían. Uno me ve, se detiene, es un vocho con los vidrios polarizados, subo y me siento atrás con facilidad ya que no había asiento del copiloto. ¡A qué mundo entré!, por dentro parecía de noche, cortinas cubriendo las ventanas, luces de neón por los costados, una santa muerte pequeña apostada debajo de la guantera, el hombre solo miraba al frente: “a donde va”, y les respondí con rapidez el nombre de mi escuela, manejó rápido. Cruzó calles y yo me intoxicaba en el olor a mota que había en el ambiente, luz roja, se detiene y me mira “¿tú qué haces aquí? ¡Bájate!” abrió la puerta y me dejo a una cuadra de mi escuela, el vocho se fue apresurado por una pequeña calle y no estoy seguro si ese hombre pueda llegar a su destino.

2.- Era ya muy tarde, tome el autobús equivocado, necesito un taxi. Me apuesto en la esquina y un taxi se acerca a mi llamado, me subo y le indico que me lleve a la escuela de mi amigo. El hombre maneja entre calles y responde al teléfono: “Si, ya lo sé, ya voy, pero no le digas a papá, se pondrá mal, si ya sé, estoy trabajando pero no le digas que estoy en esto, no, ya le llame, no me responde, ya tranquila, ya me voy”. Al colgar el teléfono el hombre (sin perder un segundo el uso del auto) estalla en llanto, me dice, “lo siento joven, es que mi mujer acaba de morir y así uno se siente”. ¿Qué hago? Solo respondí que comprendía, en realidad no. “Ni mi familia ni mis amigos me responden, ya no se puede confiar en nadie joven, me deben mil pesos para el ataúd de mi mujer y no me los dan”, dijo el hombre en pena. Llegamos a la escuela de mi amigo, saco cien pesos de mi bolsillo y se los doy: “espero esto le pueda ayudar”, el hombre solo hace una expresión de alivio, bajo del taxi y camino. Primer pensamiento, ¿Qué tal si solo me estafo? Al menos mi conciencia se bajo limpia.

3.- Al subir al taxi no sabía nada. El taxista me comentó todo, salud, deporte, política, sociedad, historia, me moralizo sobre mi vida. Lo único verdadero dicho en ese taxi es que ese hombre se había divorciado. La más grande mentira jamás dicha, el había llevado a tres presidentes de la república en ese auto, ¿Cómo lo sé? Era modelo reciente.