lunes, 4 de mayo de 2009

Normalidad tatuada


La baja de los casos, el conocer la verdadera letalidad del virus, estar consciente de las implicaciones, todo esto ha llegado para tomar la decisión definitiva, regresamos a laborar, a las clases, a la vida diaria.

Sin lugar a dudas muchos ya se sienten desde ahora aliviados, algunos otros comenzaran las sospechas, justas o no sobre la influenza, ¿Qué sucedió?, ¿paso algo que todo sentimos o solo pensamos que así fue?

Mas allá de todo, el jueves regresamos a clases, pero con la previsión de lavarlos las manos, seguridad sanitaria ante todo, la vida continuara pero no olvidara, por que como las crisis económicas, las protestas, las elecciones, esos momentos históricos, este se ha quedado al menos dos semanas tatuado en nuestra piel llamada memoria.

¿Cuánto tiempo nos tardara olvidar?

Pues México continua, el mundo preocupado todavía, pero el internet su inmediatez ya nos han traído las campañas, regresamos del hastió de la inanición, a el hastió para ejercer la inanición electoral.

Algo seguro, cuando veamos a alguien estornudar, pensaremos dos veces antes de acercarnos.

domingo, 3 de mayo de 2009

Hastió

Soy testigo de la imagen más patente de la influenza, el metro en silencio, donde los usuarios se encuentran únicamente usando tapabocas. El mismo a pesar que los especialistas dicen son ineficaces, se ha vuelto en esa imagen fundamental, algunos le han puesto ingenio, dibujado sonrisas alternativas, o imágenes sarcásticas, hay que ponerle imaginación a la crisis.

La reunión social se ha reducido, como los antros están cerrados, los bares si apenas abren, los amigos se reúnen, pero no hay chismes de la vida normal que comentar, ahora todos hablan de influenza, de los infectados, de cómo ha aumentado el azoro en la vida diaria, la preocupación crece al mismo tiempo que el hastió.

Las contradicciones pequeñas aumentan en las autoridades, las cifras, las contradicciones, todo esto parece ser el fin pero no lo último, ya se hace revisión de nuestras incompetencias para ver a dónde dirigirnos.

Estoy en una calle oscura, camino un poco esperando el microbús, de pronto se va la luz, así que camino en la calle hasta un lugar con mas iluminación, el viento frio me cala, me acerco al lugar luminoso, es una funeraria, las coronas de flores rodean el lugar, abajo los señores son cubrebocas, las mujeres desconsoladas, en el balcón, todos son jóvenes, sus rostros están desencajados, no evito pensar que por alguna razón, es algo relacionado, tal vez no, pero así se siente.

México esta espectral, pero a pesar de todo, hay muchos disfrutando la noche en la columna del Ángel de la Independencia.