domingo, 3 de mayo de 2009

Hastió

Soy testigo de la imagen más patente de la influenza, el metro en silencio, donde los usuarios se encuentran únicamente usando tapabocas. El mismo a pesar que los especialistas dicen son ineficaces, se ha vuelto en esa imagen fundamental, algunos le han puesto ingenio, dibujado sonrisas alternativas, o imágenes sarcásticas, hay que ponerle imaginación a la crisis.

La reunión social se ha reducido, como los antros están cerrados, los bares si apenas abren, los amigos se reúnen, pero no hay chismes de la vida normal que comentar, ahora todos hablan de influenza, de los infectados, de cómo ha aumentado el azoro en la vida diaria, la preocupación crece al mismo tiempo que el hastió.

Las contradicciones pequeñas aumentan en las autoridades, las cifras, las contradicciones, todo esto parece ser el fin pero no lo último, ya se hace revisión de nuestras incompetencias para ver a dónde dirigirnos.

Estoy en una calle oscura, camino un poco esperando el microbús, de pronto se va la luz, así que camino en la calle hasta un lugar con mas iluminación, el viento frio me cala, me acerco al lugar luminoso, es una funeraria, las coronas de flores rodean el lugar, abajo los señores son cubrebocas, las mujeres desconsoladas, en el balcón, todos son jóvenes, sus rostros están desencajados, no evito pensar que por alguna razón, es algo relacionado, tal vez no, pero así se siente.

México esta espectral, pero a pesar de todo, hay muchos disfrutando la noche en la columna del Ángel de la Independencia.

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