La alerta es ahora global, Estados Unidos, Francia, España, Nueva Zelanda y Guatemala reportan casos y alertas, pero la OMS no sube las cifras, todo se mantiene según los medios en niveles normales. Ante esto, en este ambiente que combina lo espectral de las calles, una ligera zozobra, la burla y la parodia en internet por la población que puede resultar más en riesgo, los jóvenes, en ese ambiente, ¿Qué pensaran aquellos que son líderes, los afectados, los investigadores?
Seguramente, Calderón esta atareado en reuniones, preocupado por que se escuchara, uno quisiera saber, ¿Qué vendrán en los reportes que le llegan?, ¿Estarán protegidos sus familiares?, el sabe que tal vez es su momento principal como estadista, sus errores le costaran vidas, sus ignorancias crearan infectados, un mal movimiento puede ser grave.
José Ángel Córdova, el funcionario burocrático y medico mediocre ahora tiene una de las tareas de salubridad más importantes tal vez de la historia médica moderna, no puede ocultar su nerviosismo, se nota en su parpadeo constante y su voz entrecortada. ¿Qué se sentirá estar en los zapatos del ministro de salud clave del mundo?
Una llamada en la tarde pudo cambiar las cosas en el itinerario de Margaret Chan, mientras viajaba hacia los Estados Unidos escucho que había infectados de una influenza en México y Estados Unidos, seguro fue para lo que la designaron en el cargo, seguro fue, la llamada más importante de su vida.
En una camilla de hospital, desde hace varios días se encuentra mirando esos muros blancos, lo monitorean hora con hora, sus signos vitales o cómo evoluciona su fiebre, quiere quitarse el sudor de su frente, quiere mirar el exterior, pero no lo dejan, no sabe que ocurre afuera y no lo dejan ver a sus familiares, ha sido aislado, sabe que tiene influenza y que es serio, si vida corre peligro, vive el tedio de la vida hospitalaria, con el miedo de que puede pasar, otra vez siente como arde su garganta, expulsa aire y saliva, tose y cuando tose siente que está solo.
Su vida es eso, un riesgo, un peligro mortal, a pesar de que en apariencia solo sea un científico, su vida en libros y experimentos es mas riesgosa tal vez que la de un obrero común, todos los días convive con esos microorganismos que pueden atacarlo, aquello que estudia lo pone en riesgo, no escatima en precauciones, una mascarilla, la bata, se limpia las manos, se coloca los guantes y los lentes de protección, se acerca a ese microscopio y una vez más, tiene a ese enemigo que siempre escapa, que siempre lo evade, una vez más enfrente del, suda un poco, pero tiene que enfrentarlo.
Yo como muchos, me enclaustrado, mas a fuerzas que por voluntad o miedo, todo afuera ha cerrado y mis amigos al igual que yo están encerrados en la seguridad de sus casas, todos contribuimos tal vez a esa imagen que asusta, esas calles solitarias.
1 comentario:
Hola Raúl, me gustó esta entrada, y me mantengo sereno ante la incertidumbre, al menos encerrados tratemos de salir del letargo mental y a ponerse a escribir se ha dicho jajaja. Cuidate y nos vemos después de terminado este suceso...Saludos antivirales
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