Dedicada a Julio Cesar Alvarez Camarillo
Foro Sol, Ciudad de México, 24 de marzo de 2012.- Llegamos a
tiempo para la primera banda. Bajando de mi auto acompañado de mi hermano y su
novia caminamos entre las columnas de chavos enfilados por un boleto a la
entrada. Paso a paso somos rodeados de vendedores ambulantes y revendedores,
muchos puestos de playeras de las bandas y muchos grupos de chavos organizados
para entrar. Todos vienen por alguna de las bandas, grupos de fans por Café
Tacvba son los que imperan, los más jóvenes vienen por Foster The People, pero
se puede ver playeras de casi cualquier banda de metal o de rock en español
habido.
Después de cuatro chequeos seguidos logramos entrar, el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Foro Sol habían sido transformados en una Ciudad enorme de atracción, música y de reverencia a las bandas y cantantes latinoamericanos. Caminamos entre enormes guitarras, huacales hechos con cajas de madera, rings de luchas, museos móviles y el tradicional mercado del Chopo. Entre las personas hay de todo tipo, jóvenes en su mayoría, algunos mayores que podrían alcanzar hasta los 40 años, skatos tableando por los caminos, metaleros tomando cerveza, niñas riendo juntas viendo cualquier atracción.
Después de cuatro chequeos seguidos logramos entrar, el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Foro Sol habían sido transformados en una Ciudad enorme de atracción, música y de reverencia a las bandas y cantantes latinoamericanos. Caminamos entre enormes guitarras, huacales hechos con cajas de madera, rings de luchas, museos móviles y el tradicional mercado del Chopo. Entre las personas hay de todo tipo, jóvenes en su mayoría, algunos mayores que podrían alcanzar hasta los 40 años, skatos tableando por los caminos, metaleros tomando cerveza, niñas riendo juntas viendo cualquier atracción.
Llegamos al escenario Indio para
la primera banda, Sekta Core sale al escenario y con fuerte Ska inicia el día.
Nos acercamos a la muhtitud que llenaba el Foro Sol y comenzaron las trompetas
aceleradas y las guitarras enloquecidas a enardecer a todos, rápidamente se
forman los espacios y boquetes donde el slam comienza, con fuerza se lanzan al
ruedo y se golpean con los brazos, se empujan mientras la irreverencia de Sekta
suena con fuerza. Confieso que me aleje y más por la novia de mí hermano, pero
no nos alejamos mucho, de hecho estuvimos rodeados entre el slam de hombres y
el slam de mujeres. Las mujeres en el slam se empujan fuerte entre ellas,
trigueñas y sin mangas, fuertes y decididas, no dudan entrar al slam, si no me
falla la memoria, hasta vi a una entrar al de hombres. Las chavas y los chavos
salían volando por el cielo por las mantas enormes para hacer a cualquiera
volar. Sekta se retira exultante convocando al “Chigan a su madre” a los políticos.
Nos alejamos de la multitud y
paseamos por todo el festival. Pasamos a ver una película sobre el reggae en la
carpa de Ambulante, había una firma de autógrafos y en medio de los arboles un
joven alcoholizado es amagado por los policías que cuidan todo el evento.
Pasamos a comer y después al escenario DanUp, una banda tocaba con habilidad,
ataviados cual Beatles en su primera etapa cantaban canciones de amor y sexo
mientras la multitud aplaudía y algunos al fondo pasaban la tarde en algunas
hamacas. En otro escenario tocaban en medio de una cancha, nosotros dejamos
pasar el rato acostados en el pasto viendo al cielo.
Regresamos al escenario Indio y
nos sentamos en las gradas después de caminar. Tocaban los Lost Acapulco que
son su surf rock convocaban a coger y a amar, con imágenes de luchadores
enmascarados e imágenes de surf playero de los años 50´s. Todo esto claro
sucedía cuando el Papa hacía una homilía al mismo tiempo en Guadalajara. Lost
Acapulco convoca al sexo y al amor entre soni`os de playa, gritos veraniegos y
una guitarra que genera un sonido que recuerda las viejas canciones de los
Beach Boys pero con un rock más actual.
Me confieso extrañado por la
intervención de Los Caligaris, una banda argentina de pop que con estribillos
sencillos y globos de fiesta cantaban alegremente a la multitud. E, e, a, e, e,
a, repitieron infinitamente festejando mientras abajo muchos bailaban solitariamente
y nosotros tomábamos cerveza o refresco por el calor.
Bajamos a la multitud y pasamos
al frente, empujamos un poco y llegamos al frente del escenario, claro que no
llegaríamos al preciado barandal del escenario. Esperamos largamente, mis pies
se cansan, la gente grita y chifla, los cantares se convocan por Café Tacvba,
“Cafeeeeeeeeeeeeee, cafeeeeeeeeeeee, oeeeeeee, oeeeee, oeeee, cafeeeeeee,
cafeeee”. Aparece en el escenario indio el Instituto Mexicano del Sonido,
increpando con sus imágenes la institucionalidad mexicana, apoderándose del
logo del IMSS y del PRI y haciéndolo suyo mientras su sonido electrónico,
alternativo y muy mexicano nos hacía saltar y bailar. Atrás de mí un chavito
que no pasaba de los 15 años comienza a fumar mota, yo temo que por su poca
pericia me vaya a quemar mi playera. Entre imágenes de ex presidentes y sonidos
electrónicos de armónicas y trompetas se despide el Instituto Mexicano del
Sonido.
La tardanza impacienta y hace
colectiva la exigencia de aparición de Foster. Entre empujones y chiflidos se
exige a la nueva banda con hambre de fiesta y de música. Ha caído la noche y
con ella aparecen los Foster con sus sonidos alternativos y la voz
peculiarmente aguda de su vocalista que baila y entre cada canción. Una canción
tras otra la marea los corea y canta sus canciones que tantas semanas han
sonado en la radio. En medio de la euforia y de la nada un Mariachi aparece y
con sus guitarras tradicionales y trompetas hacen los sonidos de Pump Up Kicks
haciéndonos gritar de emoción; la mezcla de mariachi y la voz aguda del
vocalista deja a todos satisfechos, cuando se retiran del escenario todos
clamaban “Foster, Foster, oeeeeeeee, oeeeeee, oeeeeee, oeeeeeeeee, Foster,
Foster”.
Somos estrujados por la multitud,
mi hermano lucha para que no aplasten a su novia. La gente se mueve como marea
y todos somos arrastrados por más de 10 minutos. Impaciencia y ansias por Café
Tacvba, pero antes estaba Kasabian, la banda extranjera más esperada de la
noche. Mientras nos transmiten en pantalla a Carla Morrison cantando en otro
escenario pero no calman a nadie. La noche llega a su punto más obscuro y en
ese entonces suena los beats electrónicos de Kasabian con potencia, poco a poco
suben su intensidad hasta que la batería toma con fuerza el sonido en todo el
Foro Sol. Canción tras canción irrumpen fuerte los de Kasabian que dicen se
ausentaron 7 años pero que por fin regresaban a México.
Terminado Kasabian los chiflidos
aumentan, me dice mi hermano que no podía seguir de pie, decidimos irnos a las
gradas. Caminamos entre los canales de personas tomados de las manos, empujando
y haciendo camino hasta las gradas, evadiendo el obstáculo de los que hasta se
habían acostado en el piso. Llegamos a las gradas y el Foro Sol estaba
absolutamente abarrotado hasta las más altas gradas. Desde lo más arriba
esperamos y de pronto del escenario de en medio de manera sorpresiva Café
Tacvba aparece ascendiendo por medio de un cuadrilátero ascendiente. Los
Tacvbos comienzan a tocar y todos comenzamos a corear sus canciones.
Desde el escenario comenzaron a
tocar cada una de esas canciones míticas, Eres, Volver a Comenzar y más.
Posteriormente bajaron del escenario y en una valla cruzaron del centro al
escenario indio y siguieron tocando las canciones que todos esperamos. El Baile
y el Salón hizo a todos corear, Ingrata convoco al slam, una tras otra todos y
cada uno de los que estábamos ahí cantamos la letra de memoria. Los Tacvbos
después de una hora se despedían, la masa clamaba “Otra!!!, Otraaa!!” y los
Tacvbos regresaron para tocar dos más. Al final entre quejas de política se
despide de nosotros Rubén Albarran. Terminado los Tacvbos comenzamos el éxodo
de regreso a nuestras vidas. Muchos seguros que volveríamos a la fiesta de
color y sonidos el próximo año.